Actividad física y embarazo

El ejercicio físico nos ayuda a sentirnos mejor, tanto física como psicológicamente,  además de contribuir de forma positiva sobre nuestra salud, incluyendo por supuesto,  el período del embarazo. Pero… ¿podemos realizar durante el embarazo cualquier tipo de actividad física? La respuesta es no. El embarazo es un momento muy delicado en el que se necesita la realización de actividad física adaptada a esta nueva etapa y dirigida por profesionales expertos.

Durante el embarazo no está indicado cualquier tipo de ejercicio, con lo cual, es importante conocer qué actividades podemos realizar y como realizarlas, de ahí la necesidad de tener cerca a una persona especializada que supervise la ejecución de los ejercicios para garantizar un buen control de los mismos y una postura adecuada, evitando los aumentos de presión intra-abdominales y los ejercicios de impacto.

Es importante destacar que las mujeres que ya practicaban ejercicio físico antes del embarazo, pueden seguir realizando actividad física de forma regular siempre que esta actividad esté ajustada de forma adecuada a su nuevo estado y siempre que no haya complicaciones. De esta forma, se mantiene su condición física cardiovascular y muscular durante el embarazo y después del parto.

Respecto a las mujeres que son sedentarias, también pueden beneficiarse del ejercicio regular durante el embarazo, pero lógicamente su programa de entrenamiento debe ser distinto y estar adaptado a las capacidades físicas de cada una.

Hay que tener en cuenta que cada persona es diferente y que cada embarazo es distinto, con lo cual, es importante la prescripción médica  antes de empezar a realizar cualquier actividad física. No todas las mujeres reaccionan igual a este nuevo estado y hay que tener en cuenta muchos factores a la hora de prescribir ejercicio físico en embarazadas.

Desde nuestra unidad de rehabilitación de suelo pélvico queremos informarte de las actividades que puedes realizar, cuando puedes empezar a hacer actividad física y qué  beneficios obtendrás si decides realizar ejercicio físico durante tu embarazo.

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¿Qué beneficios produce la actividad física durante mi embarazo?

  • Control de peso gestacional, tanto de la mamá como del bebé. La afirmación “hay que comer por dos” no es correcta; de hecho, las calorías extra recomendadas son entre 200 y 300 calorias al día. El aumento excesivo de peso favorece la aparición de diabetes gestacional, incontinencia urinaria y un incremento del peso del bebé, además de otras muchas complicaciones. El aumento de peso recomendado según el Índice de Masa Corporal (IMC) de cada embarazada es el siguiente:

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  • Favorece el buen estado de ánimo combatiendo la ansiedad, el estrés y la depresión y mantiene la condición física de la mama reduciendo el índice de fatiga en las actividades cotidianas.

 

  • Previene el dolor lumbar y otras molestias musculares. A medida que la barriga va aumentando de tamaño, el centro de gravedad va anteriorizándose, por lo que es necesario tener una musculatura lumbar fuerte para evitar posibles lumbalgias.

 

  • Favorece los procesos del parto facilitando una primera etapa de parto más corta y pudiendo reducir el número de cesáreas. Esto es debido a que una correcta preparación al parto aumenta la flexibilidad de las articulaciones, mejora la resistencia aeróbica y fortalece el suelo pélvico.

 

  • Previene posibles pérdidas de orina. Es importante conocer la realización de los famosos “Ejercicios de Kegel” que consisten en coImagen 1ntraer y relajar la musculatura delsuelo pélvico para fortalecerla, ya que ayuda a sostener la uretra, vejiga, útero y recto. Trabajar el suelo pélvico durante el embarazo es muy importante debido a que la presión de la vejiga aumenta de 8 cm H2O hasta llegar a 20 cm H20 en muchos casos al final del embarazo.

 

  • El ejercicio físico también aporta múltiples beneficios para el bebé entre los que destacamos que ayuda a que el bebé nazca en normopeso (entre 2.8 y 3.2 kg), ayuda a que responda mejor ante estímulos ambientales y luminosos, además de mejorar el desarrollo neurológico y la capacidad para calmarse.

 

¿Puedo realizar actividad física durante mi embarazo? ¿Cuándo debo comenzar a realizar ejercicio físico?

Puedes realizar actividad física durante tu embarazo, es más, así lo indican las guías oficiales para un embarazo saludable siempre que tu ginecológo/a haya dado el visto bueno y siempre que no haya ninguna contraindicación para realizarlo. Se recomienda comenzar con la actividad físicas inicio del segundo trimestre ya que en ese momento es cuando se ha realizado la ecografía de las 12 semanas y donde se informa si el embarazo está bien implantado.

 

¿Qué actividades puedo realizar durante mi embarazo?

Según las guías oficiales para un embarazo saludable, se recomienda realizar 30 minutos de ejercicio aeróbico al día como caminar, hacer bicicleta estática o practicar natación. Se recomienda  complementar este ejercicio aeróbico con trabajo de fortalecimiento dos veces por semana, realizando actividades como yoga o Pilates adaptado al embarazo u otro tipo de entrenamiento específico o mediante actividades acuáticas.

En nuestra unidad de rehabilitación de suelo pélvico sabemos que es importante que estas clases cuenten con un calentamiento adecuado, una parte central más enfocada al fortalecimiento muscular y trabajo del CORE y una adecuada vuelta a la calma, además de realizar un trabajo específico de preparación al parto.

Infórmate de nuestras clases de yoga para embarazadas y pilates para embarazadas impartidas por profesionales de la salud, además de nuestras charlas de preparación al parto.

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El principal factor de riesgo para el suelo pélvico no es el parto, es el desconocimiento.

 

Natalia

Fisioterapia tras la cesárea

Una cesárea es una intervención quirúrgica que se realiza en el abdomen a través de una incisión dos centímetros por encima de los huesos del pubis para poder llegar así al útero y acceder al bebé. Para esto, se atraviesan varias capas como son la piel, el tejido de grasa subcutánea, la musculatura abdominal con la aponeurosis que la recubre, el peritoneo y por último, la parte baja del útero y la bolsa amniótica.

A pesar de que, actualmente, las técnicas quirúrgicas son menos agresivas, es importante entender que no sólo hay que tratar la cicatriz a nivel superficial y estético, sino también disminuir la rigidez de los tejidos y evitar posibles adherencias.

Estas cicatrices pueden causar disminución de la movilidad de los órganos, alteraciones de la postura, dolor lumbo-pélvico, alteraciones de la sensibilidad y/o dolor en la zona y engrosamiento de la cicatriz.

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El proceso de cicatrización puede durar de uno a tres meses, dependiendo del procedimiento quirúrgico que se haya utilizado y de las condiciones de cada persona. El tejido cutáneo más superficial suele tardar de 7 a 10 días en cicatrizar, mientras que el útero tarda unos 18 meses en alcanzar una cicatrización completa y adecuada. Por este motivo, no se recomienda un segundo embarazo antes de dos años tras una cesárea.

Cuidados de la cicatriz

  • Durante los primeros días, una vez retiradas las grapas, se deben empezar a realizar auto-masajes a los lados de la cicatriz, colocando los dedos paralelos a ella con un aceite de rosa de mosqueta o  rico en vitamina E.
  • Se puede empezar a realizar también un trabajo respiratorio favoreciendo las espiraciones largas y profundas para facilitar así la movilidad y activación progresiva de la musculatura más profunda.
  • Realizar también contracciones del transverso del abdomen en diferentes posturas, siempre y cuando no sean dolorosas.

A partir de la tecera o cuarta semana, es importante acudir a un fisioterapeuta de suelo pélvico, siempre y cuando no haya habido complicaciones en la cicatrización.

  • En primer lugar, se realizará una valoración del abdomen, de la musculatura perineal y de la postura.
  • Se empezará a trabajar la cicatriz a nivel superficial mediante masajes específicos, evitando así problemas de rigidez de los nuevos tejidos y que la cicatriz  quede tirante, retraída o engrosada.

Pasados de uno a tres meses tras la cesárea, iremos alcanzando poco a poco los tejidos más profundos y dependiendo de cada caso, se utilizarán diferentes técnicas de tratamiento.

Tratamiento de fisioterapia

  • Terapia manual específica mediante masajes, movilizaciones y estiramientos con el objetivo de alcanzar los tejidos más profundos favoreciendo el movimiento de las distintas capas para evitar o mejorar las posibles adherencias que se hayan formado entre los tejidos cicatriciales y los órganos.

 

  • Uso de Diatermia de alta frecuencia, mediante Tecarterapia para aumentar la vascularización de la zona, romper adherencias y acelerar el metabolismo celular suavizando la cicatriz y consiguiendo una mayor elasticidad.IMG_5303

 

  • Trabajo con ventosa, aplicando previamente un aceite sobre la piel, lo que permite el desplazamiento de la misma sobre el tejido deslizándose en diferentes sentidos realizando un vacum o manteniéndola de forma fija en un punto concreto. Este masaje con ventosa mejora la circulación sanguínea y ayuda a la movilización de tejidos mas profundos.

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  • Aplicación de kinesiotape para disminuir el edema y favorecer la movilización de los tejidos.

 

  • Trabajo con punción seca alrededor de la cicatriz y en las zonas de adherencias, empezando siempre en tejido sano no adherido con el objetivo de estimular la micro-circulación. Realizaremos también la técnica de cruzado de agujas por debajo de la adherencia para poder traccionar y plastificar los tejidos. Para esto, utilizamos una crema anestésica local, evitando así las posibles molestias.

A partir de los tres meses, podremos empezar a trabajar el abdomen de una forma más activa mediante Gimnasia Abdominal Hipopresiva, realizando una serie de ejercicios que combinan la respiración con un trabajo postural específico a baja presión itra-abdominal. Este tipo de gimnasia favorece la recuperación de la musculatura abdominal y perineal entre otros muchos beneficios.

 

Sabrina

 

 

Menopausia y suelo pélvico

La menopausia es un proceso normal en el desarrollo de la mujer que suele marcar el fin de una etapa y el inicio de otra y que suele aparecer entre los 45 y 55 años de edad.

Se conoce como una «falta de menstruación» durante un período de más de 12 meses a causa del fallo ovárico, es decir, el ovario deja de producir óvulos de forma progresiva dando como resultado una disminución en la producción hormonas, como son el estrógeno y la progesterona.

Durante este período, se producen una serie de cambios físicos y hormonales, que dan lugar a diferentes síntomas como son:

  • Sangrados irregulares
  • Variaciones en el flujo
  • Sofocos
  • Sudores nocturnos
  • Cambios de densidad ósea
  • Cambios en el estado de ánimo
  • Insomnio
  • Disminución del tono, fuerza y elasticidad en los tejidos

 

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¿Qué le ocurre a nuestro suelo pélvico?

Al encontramos con unos niveles bajos de estrógenos, se genera una debilidad progresiva de la musculatura del suelo pélvico y una atrofia de su tejido conectivo debido an la falta de colágeno. Esto puede condicionar a la mujer a sufrir problemas como incontinencia urinaria, prolapsos  (descenso de órganos) y problemas en las relaciones sexuales debido a una  falta de lubricación, disminución de la libido y falta de elasticidad en los tejidos, lo que puede generar una disfunción sexual (dispareunia,  vaginismo o anorgasmia)

¿Cómo podemos mejorarlo?

La primera estrategia para evitar los problemas de suelo pélvico es la prevención, sobretodo en momentos clave de la mujer como es la menopausia. Es importante incorporar hábitos saludables como son la realización de ejercicio físico moderado evitando los deportes de impacto acompañado de una dieta adaptada para evitar el sobrepeso y el estreñimiento, además de realizar ejercicios específicos fortalecer la musculatura del suelo pélvico.

Es conveniente la valoración por parte de un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico que valorará el estado de la musculatura abomino-pelviana para detectar si existe alguna disfunción o simplemente, para ayudarnos a prevenir la sintomatología asociada a esta nueva etapa.

 

Desda la fisioterapia podemos ayudar mediante la realización de ejercicios específicos para el fortalecimiento de esta zona mediante:

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  • Ejercicios de Kegel, realizados en diferentes posiciones para prevenir las disfunciones de suelo pélvico derivadas de los cambios hormonales y que afectan debilitando los tejidos. Estos ejercicios nos ayudan a tener un mayor control sobre los esfínteres y a mejorar la función de soporte para prevenir y mejorar los prolapsos.

 

  • Gimnasia abdominal hipopresiva, mediante un trabajo postural y respiratorio combinado con apneas para fortalecer la musculatura profunda del abdomen y mejorar así problemas de pérdidas de orina y el descenso de órganos.

 

Por otro lado, también resulta interesante el uso correcto de la bola china para conseguir una musculatura competente, ya que ayudan a mejorar el tono y la fuerza de la musculatura del suelo pélvico y su uso continuado  puede mejorar considerablemente la irrigación sanguínea y la lubricación de la vagina mejorando así la función sexual, aunque no siempre están indicadas.

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En casos de sequedad vaginal y de pérdida de elasticidad de los tejidos, también podemos realizar masaje perineal utilizando lubricantes específicos o con un masajeador personal.

 

Desde el punto de vista sexual, uno de los mejores ejercicios para trabajar el suelo pélvico es el propio orgasmo, ya que se produce una contracción involuntaria de la musculatura del suelo pélvico en el momento de llegar al clímax, mejorando la circulación sanguínea y la lubricación, evitando así la atrofia vaginal.

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«Es importante mantener una vida sexual activa»

Georgina

 

 

 

 

¿Qué te puede aportar la fisioterapia durante el embarazo?

Tanto si eres mamá como si vas a serlo, el embarazo es un momento único en la vida de una mujer. Se trata de un camino lleno de cambios que van mucho más allá del aumento  de la barriga de la futura mamá, siendo un conjunto de cambios físicos y emocionales que acompañaran a la embarazada entre 38 y 42 semanas. Durante esta etapa la futura mamá tendrá que gestionar estos cambios de una forma saludable. Para que esto se produzca es necesario dar respuesta a todas las preguntas que le vayan surgiendo con el objetivo de llegar a un parto con confianza y seguridad.

¿Qué técnicas usa la fisioterapia durante el embarazo?

  • La información es una herramienta fundamental para combatir la inseguridad y miedo que puede surgir cuando nos enfrentamos ante una situación desconocida. Saber como gestionar el dolor o conocer los diferentes cambios fisiológicos que se producen durante el embarazo te ayudará a tener un embarazo más seguro y llegar al parto con mucha más confianza.

 

  • embarazoMantener una correcta postura durante el embarazo y saber en qué posición debes conciliar el sueño entre otros muchos consejos te facilitarán las actividades que desarrollas a diario y te ayudaran a minimizar o evitar la aparición de algunos dolores.

 

  • La gimnasia preparto combinada con la realización de ejercicios de Kegel fortalece la musculatura del suelo pélvico, evitando posibles complicaciones posteriores al parto además de flexibilizar las articulaciones de la pelvis para conseguir una buena movilidad pélvica de cara al parto.

 

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  • La utilización de masaje perineal y/o Epi-no incrementan la probabilidad de acabar el parto con un periné integro. El masaje perineal ayuda a flexibilizar y relajar la musculatura del suelo pélvico facilitando el parto y disminuyendo la pos
    ibilidad de desgarro o episiotomía. El Epi-no es un globo de silicona que se introduce en la vagina y se va aumentando de tamaño progresivamente para dilatar y elastificar el periné. Se puede optar por realizar sólo una de las dos técnicas o por combinarlas.

 

«El mejor tratamiento es la prevención»

 

¿Y después del embarazo? ¿En que puede ayudarme la fisioterapia en el postparto?

Tras el nacimiento de un niño, ya sea por parto vaginal o por cesárea, en el cuerpo de la mujer se han producido muchos cambios a consecuencia del propio embarazo y  del parto. La valoración fisioterapéutica en el postparto es esencial para determinar las posibles lesiones que se han producido y que tratamiento y actuaciones deben seguirse.

Es importante conocer el estado del suelo pélvico en este momento y adoptar pautas al respecto para prevenir o tratar posibles incontinencias, futuros prolapsos, conseguir un correcto cierre vaginal y mejora de la esfera sexual.

 

Natalia

Sesiones de rehabilitación de suelo pélvico tras el láser vaginal de CO2

Hace unos días, en el blog de Ginecología del Grupo Policlínica, se publicó un post sobre el láser vaginal CO2  como un tratamiento con tres indicaciones fundamentales: rejuvenecimiento vaginal, incontinencia urinaria y sequedad vaginal. Os recomendamos leerlo porque puede resultar interesante en casos donde no esté indicada una intervención quirúrgica.

Eric Eggly-Owner/Photographer

En el Grupo Policlínica ofrecemos un tratamiento completo de láser vaginal complementado con sesiones de rehabilitación de suelo pélvico para ofrecer un mejor servicio a nuestros pacientes.

Para más información consulta con nuestra Unidad de Ginecología (Citas: 971 30 23 54) o de Rehabilitación de Suelo Pélvico (Consultas externas Vil Parc: 971 31 35 28)