Yoga para embarazadas en nuestro gimnasio

Sí, seguimos ampliando nuestros servicios para embarazadas, porque queremos cuidarte durante el desarrollo de tu embarazo y prepararte para el gran momento del parto.

La disciplina del yoga te aporta serenidad y calma para recibir los cambios físicos y mentales que experimentes durante el periodo de gestación y, además, te ayuda a afrontar el momento del parto con seguridad y fuerza.

Meditating on maternity. Close-up of pregnant woman meditating while sitting in lotus position

En nuestras clases se practican ejercicios físicos específicos (asanas) dirigidos a conocer las herramientas útiles para aliviar de forma natural las tensiones y molestias que pueden surgir con el crecimiento del feto. También se trabaja el fortalecimiento del suelo pélvico y el control de la pelvis en general, cuya flexibilidad será crucial a la hora de dar a luz. Los movimientos de la madre son perceptibles por el bebé, cuyos sentidos se ven estimulados de forma positiva durante la práctica.

Las técnicas de respiración (Pranayama) constituyen una herramienta importante para controlar el dolor del parto y prevenir tensiones innecesarias y sentimientos de sufrimiento y miedo. A través de la respiración yógica el flujo de prana (energía vital, oxígeno) en el cuerpo aumenta sensiblemente, aportando mayor nutrición a las células y a los tejidos en fase de desarrollo.

Las técnicas de meditación ayudan a relajar las tensiones más profundas (a los cambios físicos se suman otras relacionadas con la esfera emocional y mental) y a establecer una relación sana y serena con el cuerpo.  Al mismo tiempo, se refuerza la comunicación no verbal con el ser que va a nacer, una conexión sutil a la que se podrá recurrir de forma natural incluso después del nacimiento, hasta que el niño o la niña aprenda a expresarse con palabras. La meditación aporta serenidad, claridad mental, lucidez a la hora de enfrentarse a los problemas de la vida. Las actitudes, pensamientos y formas de vivir las situaciones adoptados por la madre durante el embarazo se transmiten de forma sutil al bebé y formarán parte de la primera etapa de su aprendizaje.

Cualquier mujer sana con alguna experiencia relacionada con el yoga, o incluso sin experiencia, puede seguir estos cursos a partir del inicio del cuarto mes de embarazo. Las técnicas y los ejercicios propuestos son absolutamente dirigidos a su condición y sus posibilidades.

Un requisito previo es que la practicante presente un informe del médico que esté tratando su embarazo, en el que se refleje su aprobación a que la paciente realice una actividad física adaptada a esta nueva etapa.